La alta velocidad ferroviaria requiere que las vías sean lo más planas y rectas posible. Así, la compleja orografía de esta parte de Galicia ha incrementado el coste de la línea Ourense-Santiago hasta los 2.500 millones de euros (de sus 87 km, 50 km son por encima de un viaducto, o a través de un túnel). Sin embargo, la línea no ha sido un éxito de público. Durante su primer año (2012) no se llegó a una ocupación del 20%, y en los siguientes no ha habido una mejora dramática a pesar de la nueva política de precios más bajos .