Recinto Expo 2008.

Zaragoza, Aragón.

La Expo fue preparada como todo en aquella época: a lo grande. Arquitectos icónicos levantaron edificios que serían un legado para las generaciones venideras. Los cuatro más emblemáticos y el telecabina que se dibuja contra el cielo zaragozano costaron más de 185 millones de euros, pero están vacíos y sin uso previsto. Uno de los temas de la expo era el desarrollo sostenible; alguien no hizo bien los deberes.