Después de perder la puja por Eurovegas, el gobierno de la Generalitat presentó BCN World en un intento de salvar su orgullo. Aunque era un proyecto más pequeño que Eurovegas, la Generalitat se inclinó ante las embriagadoras promesas de 20.000 puestos de trabajo y la potencial inversión de 4.500 millones de euros. Así que se reformó en un tiempo récord la ley de casinos, que reducirá en más de un 80% los impuestos sobre el juego, y también permitirá jugar a crédito. Aunque la empresa promotora ha dejado el proyecto, la Generalitat sigue desesperadamente agarrándose a la iniciativa, y ha permitido la construcción de hasta 3.600 viviendas junto al complejo.