La remodelación de la dársena de València para albergar la Copa América se sufragó con un crédito de 320 millones de euros que iba a ser devuelto con los ingresos de explotación de las nuevas instalaciones. Pero los ingresos resultaron ser ínfimos y la deuda, impagada desde hace años, asciende ya a más de 400 millones. El edificio Veles e Ventes, el más emblemático del puerto se alquila para eventos y fiestas privadas. Con los ingresos que obtuvo en 2014, se tardarían más de cien años en recuperar los 35 millones que costó, sin tener en cuenta los intereses ni los gastos de mantenimiento.