Con la intención de diversificar el mercado turístico de Mallorca, el ayuntamiento empezó la construcción de este palacio de congresos en 2008, con un presupuesto de 125 millones de euros. Cuando uno de los socios privados se retiró del proyecto en 2012, las obras se paralizaron. Durante los dos años siguientes las autoridades pusieron el palacio a subasta la obra tres veces con un precio de salida de 40.5 millones de euros, pero no se recibió ninguna oferta que cumpliera con los requisitos necesarios. En 2014 el ayuntamiento retomó las obras, y en 2015 ha sido puesto a subasta otra vez.