En ingeniería de caminos está ampliamente aceptado que bajo circunstancias normales solo está justificado construir una autopista si la intensidad media diaria (IMD) en un cierto tramo excede los 10.000 vehículos diarios. Desde que la autopista AP-71 fue inaugurada en 2002, su IMD anual no ha llegado más que a la mitad de esa cifra (en 2014 la IMD fue de 4.000 vehículos). Los 115 millones de euros que costaron sus 37 km acabarán seguramente siendo pagados por las arcas públicas si se concreta el rescate estatal a de las autopistas de peaje deficitarias.