Según el presidente autonómico Ramón Luis Valcárcel, el nuevo aeropuerto internacional no iba a costar nada a los contribuyentes porque sería operado por una concesión privada. Sin embargo, para poder empezar las obras, la Región de Murcia tuvo que avalar un préstamo de 200 millones de euros a la concesionaria. El problema está en que el aeropuerto está situado a sólo 20 km del aeropuerto de San Javier, tan cerca que sus espacios aéreos son incompatibles. El gobierno autonómico instó a AENA a cerrar San Javier, pero AENA acababa de realizar una inversión de 70 millones de euros para ampliar las instalaciones, y exigía ser compensada por ello, algo que el gobierno autonómico rechazó. Así, el nuevo aeropuerto ha estado terminado y cerrado durante tres años, y todavía no está clara la solución de este callejón sin salida. Mientras, la concesionaria ha iniciado los procedimientos para recuperar su inversión, que puede terminar siendo pagada por los contribuyentes.