Fue construido por un grupo de empresarios construyeron, a iniciativa del gobierno autonómico. Los 1.100 millones que costó fueron financiados por Caja Castilla-La Mancha, la primera caja de ahorros rescatada. Con una de las pistas de aterrizaje más largas de Europa, el aeropuerto abrió en diciembre de 2008. Tenía capacidad para absorber 5 millones de pasajeros anuales, pero cuando cerró sus puertas tres años más tarde, sólo habían pasado por sus instalaciones unos 100.000 pasajeros. El aeropuerto ha sido puesto a subasta ocho veces con un precio de salida de 80 millones.