Aunque no tenía los permisos en regla, fue inaugurado en 2011 a pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas. Sin embargo, el aeropuerto siguió cerrado durante casi cuatro años hasta que, de nuevo en vísperas electorales, se abrió al tráfico. Después de unos meses de recibir sólo algunos vuelos privados esporádicos, sus primeras conexiones regulares están programadas para finales de 2015. La Generalitat ha pagado 25 millones de euros a la concesionaria por la gestión del aeropuerto durante los próximos 20 años, cantidad que hay que añadir a los casi 170 millones de dinero público gastado en su construcción, equipamiento, y patrocinios varios. La estatua dedicada a Carlos Fabra, el ideólogo del aeropuerto, costó 300.0000 euros y durante mucho tiempo fue el único avión del aeropuerto.