Reportaje

Mileva Maric, mujer de Einstein y ¿madre de la teoría de la Relatividad?

Marta Borraz

El debate sobre qué papel jugó la matemática serbia Mileva Maric, primera mujer de Einstein, en los trabajos por los que él recibió el Premio Nobel continúa sobre la mesa desde la publicación de las cartas dirigidas en las que el científico más popular del siglo XX discutía con ella de asuntos científicos y hablaba de “nuestro trabajo” y “nuestra investigación”.

"Hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famoso a mi marido". Son las palabras que la matemática serbia Mileva Maric dirigía a una amiga antes de la publicación de los artículos que hicieron de Albert Einstein el científico más popular del siglo XX. Esta y otras frases incluidas en las cartas que el físico escribió a su mujer, publicadas en los años 80, en las que utiliza referencias a "nuestro trabajo" o "nuestra investigación" abrieron la puerta a que la comunidad científica comenzara a plantearse qué papel había jugado Maric, su primera mujer, en la obra de Einstein.

La posible coautoría fue tema de conversación en redes sociales tras el anuncio del descubrimiento de las ondas gravitacionales el pasado 11 de febrero. Fueron muchos los usuarios que entonces reivindicaron a esta mujer como científica, sobre todo a raíz del post publicado en el blog Joder Hermana Ondas gravitacionales. En memoria de Mileva Maric.

Algunos científicos aseguran que la teoría especial de la relatividad se basa en la tesis que Maric presentó a un profesor cuando estudiaba matemáticas y física en la Escuela Politécnica de Zúrich

Pero el debate se inició ya en 1990, en un congreso organizado por la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, que concluyó que no existía evidencia para asegurar la participación activa de Mileva en la obra de Einstein, pero tampoco para negarla. Desde entonces, son muchos los historiadores y científicos que reconocen la implicación de la matemática en sus trabajos científicos llegando algunos, como el físico Evans Harris, a afirmar que la Teoría de la Relatividad es obra también de ella.

Según recoge la investigadora y doctora en Ciencias Químicas, Esther Rubio Herráez en su libro Mileva-Einstein Maric ¿por qué en la sombra?, Harris asegura que la teoría especial de la relatividad formulada en 1905, que constituye el inicio de la general elaborada en 1916, se basa en "la tesis que Mileva escribió y presentó a la supervisión del profesor Weber, cuando estudiaba en la Escuela Politécnica de Zúrich". Es allí donde se matriculó para formarse en matemáticas y físicas unos años antes, a pesar de que eran pocas las mujeres que lo lograban, y donde conoció a Albert Einstein.

Una relación también intelectual

"Ambos comenzaron una relación amorosa, pero también intelectual, trabajaban siempre juntos y eran frecuentes sus discusiones científicas, como se puede observar en sus cartas", sostiene la profesora de Historia y Filosofía de la Ciencia, Inmaculada Perdomo. "Siempre se ha dicho que Einstein no era demasiado competente en matemáticas y es sabido que Maric tenía un gran talento para ello, probablemente ella tradujese sus intuiciones en fórmulas", apunta a eldiario.es Rubio Herráez.

Para Perdomo, un detalle decisivo es que Mileva pasó un semestre en la Universidad de Heidelberg (Alemania), donde recibió clases de la mano del Nobel Phillip Lenard, pionero en el estudio del efecto fotoeléctrico. Curiosamente, escribe la licenciada en Química Mercedes González Moreno en un artículo sobre el tema, "estos contenidos, sobre los que solo recibió clases ella, protagonizarían los trabajados por los que Einstein recibiría el Nobel".

El efecto fotoeléctrico, “sobre el que solo recibió formación ella, protagonizarían los trabajos por los que Einstein recibió el Nobel”, afirma la licenciada en Química González Moreno

Y es que Albert Einstein no recibió el premio por la Teoría General de la Relatividad, sino especialmente por la interpretación que hizo del efecto fotoeléctrico. Este descubrimiento lo publicó en un artículo en 1905, junto al de la teoría especial de la relatividad y el movimiento browiniano. Estas tres publicaciones componen lo que se ha llamado el Annus Mirabilis de Einstein ('Año Admirable') y, según parece, son en las que Mileva Maric pudo colaborar.

A González Moreno le parece especialmente revelador que desde la muerte del físico, en 1955, "no se pudiera publicar nada sobre Mileva que incluyese palabras textuales de su marido". Según la autora, se intentaron publicar un par de libros que por motivos judiciales no vieron la luz.

Retrato de Mileva Maric, coautora de la Teoría de la Relatividad, en 1896 / Wikipedia

La tendencia se rompe a finales de los años 80, cuando se difunden las famosas cartas de Einstein dirigidas a ella. González Moreno rescata algunas referencias por considerarlas especialmente significativas: "En el libro de Meyer hay datos empíricos para nuestra investigación [...] Tengo curiosidad por saber si nuestras fuerzas moleculares se aplican también", escribía Albert a su primera mujer en 1901.

La polémica sigue abierta

La carrera científica de Maric, al menos a nivel formal, se truncó en 1900, cuando no consiguió superar el último examen de acceso al doctorado. "Se queda embarazada fuera del matrimonio, con lo que eso supone en la época, lo que provoca un cataclismo en su vida", explica Rubio Herráez. Aún así, según aquellos que defienden la coautoría de Mileva, seguirán siendo compañeros intelectuales y unos años más tarde verán la luz los tres artículos que hicieron mundialmente famoso a Einstein. "A partir de entonces la carrera del físico nunca será tan brillante", matiza la investigadora.

“Einstein no era demasiado competente en matemáticas y Maric tenía talento para ello, probablemente ella tradujese sus intuiciones en fórmulas"

Además de a la supuesta colaboración con el físico, durante los años de matrimonio Maric se dedicó a la crianza de sus hijos y a las tareas del hogar. Poco antes de su divorcio, en 1914, Einstein escribe a su mujer una carta con una serie de condiciones para continuar con el matrimonio. Entre ellas, "tendrás que encargarte de que mi ropa esté ordenada; de que se me sirvan tres comidas al día en mi habitación" o "renunciarás a toda relación personal conmigo, excepto cuando lo requieran las apariencias sociales y no esperarás ningún afecto de mi parte".

En opinión de Perdomo, es el momento en el que "él se está haciendo famoso y comienza a considerarla la madre de sus hijos, ya no la trata de igual a igual". Finalmente, en 1921 Einstein recibe el Premio Nobel, del que entrega parte de la cuantía a Mileva, tal y como habían estipulado en el divorcio. Ella invertirá el dinero en tratamientos psiquiátricos para Eduard, el hijo de ambos, al que le diagnostican una enfermedad mental.

“Si no se tiene en cuenta que el contexto negaba méritos a las mujeres y no las reconocía como autoridades científicas, la historia nunca las visibilizará a ellas”

Frente a esta interpretación se encuentra otra parte de la comunidad científica, que pone en cuestión la participación de Mileva en la obra de Einstein. El profesor de Historia de la Ciencia de la Universidad de Texas, Alberto A.Martínez, niega uno de los argumentos empleados por los partidarios de la coautoría: que supuestamente el físico A.F.Joffe vio "los célebres manuscritos firmados por Einstein-Maric" cuando era "miembro del comité de redacción de Anales de Física, la revista donde fueron publicados". Para Martínez se trata de una interpretación errónea de las palabras de Joffe.

La polémica sigue sobre la mesa, pero de lo que parece no haber duda es de que Mileva Maric, a pesar de no aparecer en los tratados de física ni ser conocida por el público, fue una gran matemática. "Una de esas mujeres que podían haber alcanzado el Nobel, pero cuyo rol de mujeres las desautorizaba como voces legítimas y acababan siempre firmando ellos: el hombre como sujeto de la ciencia", afirma Perdomo. En su opinión, la clave del debate radica en la interpretación que se haga de la historia: "Si no se tiene en cuenta que la ciencia es un saber colectivo y que el contexto social negaba méritos a las mujeres hasta el punto de contribuir a los avances, pero no firmar, la historia nunca visibilizará a las mujeres".

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